
MOTIVACIÓN:
Repensar el celo misionero, no como activismo frenético, sino como una diligencia con fervor de espíritu.
FRASE BÍBLICA:
“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.” (Rm 12, 11)
REFLEXIÓN:
La diligencia en la misión salesiana es una expresión de amor, no de ansiedad. Don Bosco nos pide no ser perezosos, sino tener el espíritu ferviente. Esto significa que la calidad de nuestro servicio no se mide por las horas que dedicamos, sino por el amor que ponemos en cada acción y por la intención de servir al Señor en los jóvenes.
Repensar nuestro trabajo es purificar nuestras motivaciones. ¿Hacemos las cosas por costumbre, por obligación o por amor a Dios y a las almas? Un espíritu ferviente supera la mediocridad y la tibieza, y hace que incluso las tareas más sencillas se conviertan en actos de culto y misión.
COMPROMISO:
Elige una tarea "pequeña" y "aburrida" en tu rutina y hazla con la máxima perfección y fervor, ofreciéndola por la misión.