MOTIVACIÓN:

La alegría del Evangelio se irradia cuando nos dejamos acompañar por María, la Madre que siempre nos conduce a Jesús.

CANTO:

La Elegida

FRASE BÍBLICA:

"Mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador." (Lucas 1, 47)

MEDITACÍON - REFLEXÓN:

La alegría del Evangelio no es simplemente un sentimiento feliz, sino la experiencia de un corazón transformado por el encuentro con Jesús. Es una alegría que nace del amor de Dios, que nos libera del pecado y nos llena de esperanza, invitándonos a vivir con alegría y a compartir esta alegría con los demás.

  • Un regalo de Dios: La alegría del Evangelio no se busca ni se inventa, sino que es un don que Dios nos ofrece a través de Jesús.
  • Transformación interior: Esta alegría no es superficial, sino que transforma nuestra vida, sanando heridas y llenándonos de paz interior.
  • Un llamado a la misión: La alegría del Evangelio nos impulsa a salir al encuentro de los demás, a compartir nuestra fe y a buscar el bien de todos.

 

Cómo Vivir la alegria del Evangelio en la Vida Diaria:

  • En la oración: Pasar tiempo en oración, especialmente en el diálogo con Jesús, fortalece nuestra conexión con Él y alimenta nuestra alegría.
  • En la comunidad: Participar activamente en la vida de la comunidad, especialmente en la Eucaristía, nos ayuda a compartir la fe y a encontrar alegría en el encuentro con los hermanos.
  • En la práctica de la caridad: Ayudar a los que más lo necesitan, mostrando compasión y generosidad, es una forma tangible de vivir la alegría del Evangelio.
  • En el perdón: Perdonar a los demás, incluso a aquellos que nos han hecho daño, es una manifestación de la alegría del Evangelio y una forma de sanar el corazón.
  • En la actitud positiva: Ver el mundo con ojos de esperanza y optimismo, incluso en medio de las dificultades, es una forma de vivir la alegría del Evangelio.

La alegría del Evangelio no es un estado pasivo, sino una fuerza que nos impulsa a actuar con amor y a buscar el bien de los demás. Nos anima a ser testigos de nuestra fe, a compartir nuestra experiencia con los demás y a construir un mundo más justo y solidario.

¿Sientes la alegría de la fe en tu corazón? ¿Cómo puedes compartir esa alegría con los demás?

COMPROMISO:

Sonríe y saluda amablemente a todas las personas que encuentres hoy.