Lunes_19

PALABRA DE DIOS: 

Cuidar de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendrán recompensa de su Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad les digo que ya reciben su paga.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

“Y cuando oren, no sean como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad les digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

«Cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad les digo que ya reciben su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Mt 6, 1-6. 16-18

REFLEXIÓN BREVE: 

El texto evangélico subraya la importancia de la autenticidad en las prácticas de fe y en la caridad, enfatizando que las acciones espirituales deben realizarse con sinceridad y no con el fin de recibir la aprobación o admiración de los demás. Este mensaje busca erradicar la vanidad y el egoísmo en actos que, en esencia, deben ser desinteresados y humildes. Si al hablar de la limosna y el ayuno, lo hacemos desde critica, es bien seguro que ya habremos obtenido la “recompensa”.

Jesús propone un camino: practicar la caridad, la oración y el ayuno en secreto, sólo ante Dios. Este enfoque resalta la conexión sincera con el Padre, quien conoce las verdaderas intenciones. El tiempo de cuaresma nos induce a reflexionar sobre la naturaleza de tus intenciones, y te surgiere que la verdadera espiritualidad no busca recompensas materiales, sino satisfacción interior que viene de una relación auténtica con Dios.

Ayunar en secreto, manteniendo una apariencia normal, sin ostentación, es cultivar la espiritualidad. Tus prácticas espirituales deben ser una conexión íntima y sincera con Dios, que es quien valora las intenciones ocultas.

El verdadero compromiso va más allá de una ayuda puntual. Debes adoptar una actitud activa y constante frente a las necesidades de la sociedad. Es una invitación a involucrarte de forma responsable. Al convertir la “limosna” en un compromiso, pasas de la caridad ocasional a una solidaridad consciente.

ORACIÓN: 

Tú en cambio… Saben que se les  dijo…

Tú, en cambio, cuando reces, hazlo en un lugar escondido para que solo Dios te escuche.

Tú, en cambio, cuando ayunes, hazlo con humildad.

Tú, en cambio, cuando des limosna, no lo anuncies, que quede entre tú y Dios.

Tú, en cambio, cuando te arrepientas, hazlo de corazón, buscando la paz interior.

Tú, en cambio, cuando ayudes, hazlo con alegría y sin esperar nada.

Tú, en cambio, cuando hables de tu fe, hazlo con respeto.

Tú, en cambio, cuando busques el perdón, acude con sinceridad.

Tú, en cambio, cuando vivas en comunidad, sé motivo de paz.

Tú, en cambio, cuando alguien te necesite, ofrécele tu tiempo.

Tú, en cambio, cuando compartas tus bienes, hazlo con gratitud.

Tú, en cambio, cuando medites, escucha a Dios.

Tú, en cambio, cuando busques paz, hazlo desde la Palabra y a la oración.

Tú, en cambio, cuando te esfuerces, hazlo en silencio.

Tú, en cambio, cuando des testimonio de tu fe, hazlo sin juzgar.

Tú, en cambio, cuando agradezcas, hazlo de corazón.

Tú, en cambio, cuando te prepares para la Pascua, purifica tu corazón

Tú, en cambio, cuando busques a Dios, hazlo con todo tu ser y sin reservas.

Tú, en cambio, cuando vivas esta Cuaresma, camina con fe y esperanza hacia la Resurrección.

ENTRA EN TU INTERIOR: 

Enfoca tu cuaresma:

¿Buscas la aprobación cuando practicas la caridad?

¿Vives la fe de manera auténtica, o te preocupa aparentar?

¿Tu fe, tu oración o tu limosna, son un reflejo de tu relación con Dios o una proyección de tu imagen?

¿Cultivas tu relación íntima y personal con Dios, centrada en lo que solo Él ve?

¿Sientes alegría y paz en la oración, en el ayuno o en la caridad?

Que tu espiritualidad sea sincera, y no dependa de las opiniones ajenas

ORACIÓN FINAL

Señor, ayúdame a vivir mi fe con humildad y sinceridad. Que mis oraciones, mi ayuno y mi caridad sean solo para Ti, sin buscar el reconocimiento de los hombres. Enséñame a actuar en lo secreto, sabiendo que Tú ves mi

corazón. Dame la gracia de servir y amar en silencio, confiando en que Tú, Padre fiel, me recompensarás en lo oculto, según tu amor y bondad.

Amén