
MOTIVACIÓN:
Repensar la misión salesiana desde la síntesis de "educador-pastor" que define nuestra acción.
FRASE BÍBLICA:
“El buen pastor da su vida por las ovejas.” (Jn 10, 11)
REFLEXIÓN:
El salesiano es, por vocación, un educador-pastor. Esta dualidad es la clave de nuestra misión. Somos educadores porque formamos integralmente al joven, y pastores porque los guiamos hacia Cristo, la plenitud de su vida. La misión no se limita a la enseñanza académica o a la acción social, sino que busca la salvación integral.
Repensar esta identidad implica no dividir nuestro corazón. En todo lo que hacemos, desde una clase hasta una obra de caridad, debemos transparentar el amor de Dios. La figura de Don Bosco nos enseña que solo desde el afecto sincero y la presencia amorosa se puede conducir al joven a la verdad de la fe.
COMPROMISO:
Integra intencionalmente un valor evangélico en una actividad educativa o de animación que realices hoy.