
MOTIVACIÓN:
Repensar la obediencia y la comunión eclesial como pilares de la eficacia misionera.
FRASE BÍBLICA:
“Que el Señor os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús.” (Rm 15, 5)
REFLEXIÓN:
La carta de Don Bosco a Lasagna, con la preocupación por el obispo, subraya la profunda eclesialidad de la misión salesiana. La misión no se realiza en solitario, sino en obediencia y comunión con la Iglesia local, representada por el Obispo. Don Bosco, con su obediencia incondicional al Papa, modeló este respeto y colaboración.
Repensar la misión es reafirmar que nuestra fuerza no está en la independencia, sino en la comunión. El misionero es un colaborador de la Iglesia, no un agente libre. La obediencia y el respeto por las autoridades eclesiales son un testimonio de que buscamos la gloria de Dios y no la propia.
COMPROMISO:
Realiza un acto de obediencia o servicio humilde a tu director, párroco o superior de comunidad, buscando la unidad de la misión.