MUJER ENTREGADA

Actitud de servicio y entrega

María se presenta como sierva del Señor, dispuesta a cumplir con el sueño de Dios en su vida. Podemos seguir su ejemplo cultivando una actitud de servicio y entrega, sirviendo a los demás con amor y generosidad, como ella hace al ir al encuentro de su prima Isabel.

FLORECILLA

Viaje a través de América del Sur

El 4 de septiembre de 1883 Don Bosco narró un sueño que es una dramática representación de lo que esperaba a los discípulos del Santo en América del Sur. Anuncia un porvenir de una grandiosidad épica y viene a contradecir a los que andaban diciendo que la obra de Don Bosco era un simple obra de hombres que se acabaría cuando él se muriera. Lo narró así: El 29 de agosto, soñé que estaba viajando a grandísima velocidad, y oí a unos señores desconocidos que hablaban de temas muy interesantes. Uno dijo:- Lástima que Europa siendo un continente católico no se preocupe más por enviar misioneros a evangelizar a los territorios de misión. Lástima que son pocos los que quieren ir a misionar a esas gentes que también fueron redimidas por el Hijo de Dios, por Cristo Jesús.

Y otro añadió: – Que enorme cantidad de gentes están todavía sin conocer la verdadera religión, y eso solamente en América del Sur. Los geógrafos de nuestro tiempo se imaginan que las Cordilleras de los Andes son unas simples montañas muy altas. Pero ellas tienen muchos valles e inmensas selvas, bosques, animales y piedras preciosas que poco se encuentran en otras partes. En los Andes hay mucho carbón, petróleo, hierro, cobre, plata y oro, escondidos en grandes minas entre esas montañas. Allí los colocó la mano del Creador para beneficio de los seres humanos. ¡Oh Cordilleras de los Andes: que riquezas tan grandes poseen y tienen escondidas! El guía. Entonces se me apareció un joven de unos dieciséis años, de hermosísima presencia y rodeado de una gran luz y acompañado de muchos jóvenes más, muy brillantes. Logre reconocer que era el joven Luis Colle que había muerto recientemente. Él me presentó a sus acompañantes y me dijo: – Estos son amigos de los salesianos y de sus obras.

El viaje aéreo. Luego vi que llegábamos a la ciudad de Cartagena, Colombia; y que desde allí emprendíamos un viaje en un tren que volaba por los aires, y recorrimos toda América del Sur. Allí aprendí cosas hermosísimas acerca la fauna, la flora y la topografía de todas esas inmensas regiones.

Desde la ventanilla del tren que volaba por los aires vi desfilar bosques, montañas, llanuras, ríos inmensamente largos que yo no había imaginado que fueran a desembocar tan enormemente lejos del sitio donde nacieron. Miles y miles de kilómetros de selva virgen que está sin explorar. Allí vi las cordilleras de Colombia, Venezuela, Guayana, Brasil y Bolivia.

El interior de los montes. Y logré ver lo que hay debajo de las montañas: riquezas inmensas que un día serán descubiertas.

Muchas minas de metales preciosos. Minas grandísimas de carbón; depósitos de petróleo tan ricos y abundantes como hasta ahora no se han encontrado en otras partes.

Y una voz me dijo: – Cuando se exploten las riquezas que están escondidas en estás montañas, estás tierras serán tan ricas como la Tierra Prometida que brotaba leche y miel. Tendrán una riqueza incalculable.

Llegamos a La Paz, Bolivia. Luego pasamos al Uruguay. Yo creía que el río Uruguay era pequeño pero vi que es un río Muy caudaloso. De allí pasamos a la provincia de Mendoza en la Argentina. Enseguida viajamos hacia las pampas y la Patagonia. Por todas partes de este país se veía que la civilización avanzaba rápidamente. Por fin llegamos al Estrecho de Magallanes en el extremo sur de América. Mi amigo me mostró cantidades grandes de carbón y de madera que en el futuro serán explotados.

Con los salesianos. Bajamos en Punta Arenas y me dirigí hacia el Colegio Salesiano. Pero allí nadie me conocía y yo no conocía tampoco a nadie. Todos me contemplaban maravillados como si fuese una persona desconocida. Yo les decía: – ¿Pero no me conocen? Yo soy Don Bosco.

- ¿Oh Don Bosco? Nosotros lo hemos oído nombrar mucho y lo hemos visto en fotografías. Pero en persona no lo habíamos conocido.

- Y el Padre Fagnano, y el Padre Lasagna y el Padre Costamagna, y el Padre Milanesio que fueron los que fundaron estas misiones, ¿dónde están? – Nosotros no los hemos conocido. Nos han hablado de ellos, pero ya hace muchos años que se murieron.

Y logre contemplar el progreso maravillo que la religión Católica va a tener en aquellas regiones en el futuro y le di gracias a Dios por todo ello, especialmente por valerse de los salesianos para hacer tanto bien en esas tierras.

Subimos otra vez al tren que volaba por los aires y al pasar sobre la Patagonia, me di cuenta de que ese territorio es mucho menos ancho de lo que los geógrafos han imaginado hasta ahora.

Al pasar sobre una selva vimos a un grupo de salvajes que mataban a un prisionero de raza blanca y lo cocinaban y se lo comían. Vimos también muchísimos animales feroces en aquellas selvas que rodeaban a ríos interminablemente largos.

Y Luis Colle me dijo: – En todas estás regiones estarán los salesianos, amansando gente muy fiera.

Después me mostró un mapa muy exacto de todas las regiones de América del Sur, señalándome con grados y datos precisos todos aquellos sitios visitados, y anunciándome que por allí estarán trabajando los socios de nuestra comunidad (y sigue una descripción muy detallada de todos los sitios con sus grados de latitud).

Enseguida oí el sonar de una campana y… me desperté.

Explicación: Don Bosco añadió: “Con la amabilidad y la bondad de San Francisco de Sales lograremos hacer mucho bien en todas aquellas regiones de América del Sur”.

Escribiendo a los papás de Luis les decía: “Lo que vimos y recorrimos en el sueño se va cumpliendo cada vez más. Esto se está convirtiendo ahora en punto central de las obras que emprendemos”.

Y hablando con sus salesianos les decía: “Cuando se lleguen a conocer las riquezas minerales que hay en América del Sur, estos territorios tendrán un desarrollo comercial inmenso. Allí hay muchas minas de metales muy valiosos”.

En este sueño Don Bosco aprendió muchos datos geográficos de Sudamérica que él no había podido aprender ni en libros, ni consultando expertos.

En el sur de Argentina, en Comodoro Rivadavia, Don Bosco vio en el sueño grandes yacimientos de petróleo. Eso fue en 1883. pues bien, en 1910, estando los empleados del gobierno cavando pozos en busca de agua potable encontraron petróleo allí y ya hay novecientos pozos petrolíferos en esa región.

Don Bosco hablo de granes yacimientos de petróleo en estos países, y bastantes años después vinieron a descubrirse muchos y muy grandes pozos de petróleo en Venezuela y en Colombia.

Vio también en este sueño grandes minas de carbón. Basta recordar las inmensas minas de carbón descubiertas en el Cerrejón en Colombia a finales del siglo XX. Cien años después del sueño.

En este sueño el Santo anotó muchos datos geográficos muy precisos, y unos 40 años después el sabio geógrafo De Agostini que recorrió todas aquellas tierras escribió un libro comprobando que todo lo que el Santo vio en su sueño estaba completamente de acuerdo con la realidad. Sin duda que aquí intervino un poder que sobrepasa los limites humanos, porque muchísimos datos que logró saber durante el viaje aéreo no los conocían los sabios de su tiempo.

En cada uno de los sitios donde su “tren que volaba” se detuvo, allí hay ahora alguna Casa Salesiana.

Con razón, la Sociedad Geográfica de Francia le concedió una condecoración por todos estos datos.