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PALABRAS DIBUJADAS

PALABRA DE DIOS

Sed compasivos, como también vuestro Padre es compasivo. No juzguéis a nadie, y tampoco Dios os juzgará. No condenéis a nadie, y tampoco Dios os condenará. Perdonad, y Dios os perdonará.

Dad, y Dios os dará: él llenará hasta los bordes y hará que rebose vuestra bolsa. Os medirá con la misma medida con que vosotros midáis a los demás.

Lc 6, 36-38

REFLEXIÓN BREVE

Lynn es una niña de siete años que llegó a Alepo hace unos meses para vivir con su padre después de vivir varios años en Turquía con su madre. Un día nos sorprendió queriendo mostrarnos sus dibujos.

No era la primera vez que nos lo pide... “Esta es una casa abandonada (de color negro) y este es un río con peces muertos dentro”

- “Estos dos corazones están llorando... Este es mi corazón y este es el corazón de mi madre”

- “Este es un oso pardo, parecido al oso que sostenía cuando... me quedé dormido y no podía traerlo conmigo”

- “Esta es mi familia, mira, mi madre y yo visten los mismos colores...

Esta era mi amada familia”. Escuché en silencio y con atención las palabras de Lynn sobre sus dibujos y me pregunté:

¿Cuántos niños nos envían mensajes escondidos pero claros sobre sus necesidades, sobre su sufrimiento?

¿Qué hacemos con esto? ¿La escuchamos?

¿Lo aceptamos? Noté unas palabras que Lynn escribió en turco junto a sus dibujos y le pregunté sobre ellas, y ella tradujo emocionada: “

¡Mi amada madre, ven!

¡Mamá, ven, te extraño!”. Aquí el mensaje fuetan claro como el día... ¿Qué le diría? ¿Quién puede responder a su anhelo y nostalgia?

Le pedí a Lynn que hiciera un nuevo dibujo: dibujó a dos personas vestidas de azul, con ella en el medio, y explicó:

“Estas dos personas son ustedes... Ustedes son mi nueva familia, y este es un campo verde con flores rojas y rosadas. ” y escribió en turco y esta vez en árabe, Canim Ailem, mi querida familia...

 No le pregunté por qué. Le di un cuaderno y colores y le pedí que siguiera dibujando y escribiendo... Dibuja, Lynn y colorea, tal vez tus palabras lleguen al corazón de quien necesita escucharlas

ORACIÓN

Hombres Nuevos

Danos un corazón grande para amar, danos un corazón fuerte para luchar

Hombre nuevos creadores de la historia constructores de nueva humanidad hombres nuevos que viven la existencia como riesgo de un largo caminar

Hombre nuevos luchando en esperanza caminantes sedientos de de verdad

Hombres nuevos sin frenos ni cadenas

Hombres libres que exigen libertad

Hombres nuevos amando sin fronteras por encima de razas y lugar

Hombres nuevos al lado de los pobres compartiendo con ellos techo y pan.

Juan Camilo Tobón

ENTRA EN TU INTERIOR

“Para una reflexión personal”

Me hablas con palabras dibujadas: te escondes en los rincones ordinarios de nuestra vida diaria, permaneces en silencio en las miradas de la gente que encontramos...

¿A dónde van tus palabras?

¿Resuenan en mi corazón, mente y comportamientos?

En una época donde manda el ruido y la velocidad: ¿Me detengo a leer lo que vivo y “traduzco” lo que quieres de mí?

En una época en la que vivimos en abundancia de información e incertidumbre: ¿distingo entre verdad y falsedad? ¿Quién guía mis pensamientos y mis palabras?

ORACIÓN FINAL

Jesús, tú decías a tus discípulos: “Dejad que LOS NIÑOS se acerquen a mí” En el día a día, con mucha frecuencia tenemos a los niños y niñas a nuestro lado como a ti te gustaba.

Ellos nos cuentan lo que sienten, lo que viven, lo que sueñan. A veces también lo que sufren. Danos esa capacidad de acogida como tú sabes hacerlo para que sienta que tú les quieres tanto como TU MADRE te quiere a Ti. Amen.