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EL SEÑOR CREA UNA TIERRA NUEVA PARA TI

PALABRA DE DIOS

Esto dice el Señor:«Mirad: voy a crear un nuevo cielo y una nueva tierra: de las cosas pasadas ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento.

Regocijaos, alegraos por siempre por lo que voy a crear: yo creo a Jerusalén “alegría”, y a su pueblo, “júbilo”.

Me alegraré por Jerusalén y me regocijaré con mi pueblo, ya no se oirá en ella ni llanto ni gemido; ya no habrá allí niño que dure pocos días, ni adulto que no colme sus años, pues será joven quien muera a los cien años, y quien no los alcance se tendrá por maldito.

Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán los frutos».

Is 65, 17-21

REFLEXIÓN BREVE

Es preciso destacar del texto de Isaías, que Dios actúa constantemente en la recreación divina de los nuevos cielos y de una nueva tierra. La actividad divina creadora y transformadora deja su impronta divina en la nueva era. Si levantamos la vista y analizamos la sociedad que nos rodea, fácilmente podemos observar emigrantes desilusionados que buscan mejores oportunidades de trabajo, víctimas desamparadas que han dejado toda su vida atrás, decepcionadas, desposeídas de su libertad y de sus derechos a una vida justa y buena.

Es parte de la población que no encuentra seguridad en depositar su confianza en sus dirigentes políticos; y si son creyentes del evangelio han quedado reducidos a seres marginales.

Los jóvenes cada vez están menos convencidos de alcanzar desarrollo laboral digno.

Frente a tales lamentos, ciertos dirigentes nos siguen haciendo propaganda de conseguir una vida mejor sin Dios. Sin embargo, la idea de un nuevo cielo y una nueva tierra sin llanto ni gemido sigue siendo para los seres humanos un objetivo último deseable.

Sólo en Dios podremos alcanzar la “tierra nueva”, donde las personas gozarán de su trabajo, podrán esperar una larga vida y construirán sus propias viviendas. Se hace necesario un llamamiento a la intimidad con Dios. De esta intimidad surge la confianza yla esperanza.

ORACIÓN

Una tierra nueva y un cielo nuevo:

Es un mundo en el que Dios tiene su casa y se cumple la nueva alianza con nosotros.

Es un mundo nuevo donde Dios reina, donde se cumple su voluntad en la tierra como en el cielo.

Es un jardín, un mundo más humano, pleno de justicia.

Es la liberación de todo dolor, de toda fatiga, de todo llanto, la corrección del error original del hombre.

Es un mundo que se vive la bienaventuranza del Evangelio:

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de Dios.

Dichosos los no violentos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.

Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.

Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.

Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos”, y Dios será todo en todos.

ENTRA EN TU INTERIOR

Haz una síntesis de las situaciones de injusticia que conozcas en el entorno de tu vida.

  • ¿Eres consciente de que tu mundo está caracterizado por formas y estructuras de esclavitud y pecado, y necesita ser transformado y que el hombre tiene la misión y el deber de realizar tal transformación?
  • Si tuvieras que “denunciar” algunas situaciones o formas de vida social conocidas por ti como injustas y contrarias al plan de Dios en la creación, ¿cuáles denunciarías y por qué?

ORACIÓN FINAL

Señor Tu poder multiplica la eficacia del hombre, y crece cada día la obra de tus manos.

Nos señalaste un trozo de la viña y nos dijiste: “Venid y trabajad”.

Nos mostraste una mesa vacía y nos dijiste: “Llenadla de pan”.

Nos presentaste un campo de batalla y nos dijiste: “Construid la paz”.

Nos sacaste al desierto con el alba y nos dijiste: “Levantad la ciudad”.

Pusiste una herramienta en nuestras manos y nos dijiste: “Es tiempo de crear”.

Escucha a mediodía el rumor del trabajo con que el hombre se afana en tu heredad.

Liturgia de las horas